Por Joaquín Cavanna, DPA
SANTOS.- Se graduó entre grandes y ahora, con el respeto que ganó, tendrá que demostrar lo que aprendió. Costa Rica les perdió el respeto a sus rivales y se siente preparada para seguir haciendo historia. “Estábamos listos para pasar a la segunda fase, pero la manera en que lo hicimos ni siquiera la habíamos soñado. Sabemos que tenemos un techo, pero todavía no lo vemos”, reflexionó Adrián Gutiérrez, presidente de la comisión de selecciones de la Federación Costarricense de Fútbol.
La hazaña que protagonizaron al clasificar primeros en el Grupo D del Mundial, ya quedó atrás para los “Ticos”. Y, después de adjudicarse la zona que compartían con los campeones mundiales Italia, Inglaterra y Uruguay, ya dejaron de sentirse invitados y se acomodaron en el rol de protagonistas.
“Éramos ‘La Cenicienta’ y ahora somos candidatos a llegar a cuartos de final. Pero no debemos tirar campanas al aire. Lo que viene es más bonito y más difícil. Debemos seguir con humildad y calladitos”, aseguró el defensor Michael Umaña, quien podrá consagrarse como el “Tico” con más minutos en la historia de los Mundiales en el próximo partido.
Si bien el discurso del cuerpo técnico y de los jugadores fue desde un principio el de ubicarse entre los 16 mejores como principal objetivo, ni los integrantes de la delegación costarricense pueden creer lo que están viviendo. Incluso la dirigencia admitió que atraviesa un enorme problema de logística para ubicar a los familiares de los jugadores que tenían sus reservas de hotel sólo hasta el final de la primera fase. El entrenador, Jorge Luis Pinto, también reconoció que tenía las entradas compradas para su familia para el partido de octavos de final en el estadio Maracaná, entre el primer clasificado del Grupo C y el segundo del Grupo D, y que ahora deberá cambiar esos tickets porque ese duelo será disputado entre Colombia y Uruguay.
Los costarricenses ya dejaron de comentarle a la prensa qué futbolistas uruguayos les cambiaron la camiseta para comentar que hubo varios jugadores italianos que visitaron su vestuario tras ser derrotados a fin de pedirles sus camisetas.